domingo, 11 de julio de 2010

El cine da revancha

Tras el estreno del film “pop uruguayo” Miss Tacuarembó, los refentes de la novela actual aseguran que la tele es más restrictiva en cuanto a plazos y temas. Alcón y los problemas de género.

Por Juan Manuel Domínguez

Devastadora. Así reconocen ambos la mirada de la crítica. Pero a ellos los tiene sin cuidado, en cada trabajo.

Pensé la iba a arruinar”, dice Natalia Oreiro. Está hablando de Miss Tacuarembó, la ópera prima de Martín Sastre que la tiene, por partida doble, como protagonista. Mike Amigorena, que hace una –literalmente– milagrosa participación en el film, y Diego Reinhold, casi coprotagonista y encargado de coreografiar las canciones compuestas por el líder de Miranda!, Ale Sergi. Oreiro, Sastre, Tacuarembó, Amigorena, Sergi: pop goes Uruguay. Era mundialmente sabido que es un gran momento para ser uruguayo. Pero volvamos a “Pensé la iba a arruinar”: tiene que ver con Oreiro hablando de Cándida, esa mala a la Disney que interpreta hundida en kilos y kilos de maquillaje (¡siete horas diarias para preparar el personaje!). Y nadie alrededor le cree: como en Francia de Adrián Caetano, otro estreno reciente, Oreiro demuestra que se cansó un poco de ser “esa” Natalia Oreiro. Aunque quizá el año que viene vuelva al prime time de Pol-ka. “Necesito aportar y que me aporte”, dice. Ella buscó al director, ella habló con Amigorena, ella no ignora pero no le interesan los paralelos entre la ficción de esta niña que vive en Uruguay devenida treintañera que quería triunfar. Los 80, el melodrama de las tres de la tarde, el absurdo mezclado con el realismo mágico: Miss Tacuarembó es todo eso. —¿Cuál puede ser el público del film: el fan de Oreiro, el de Mike, el de comedias pop? ¿Todo junto?

OREIRO: Todo junto. Definitivamente. Me parece tiene una cosa universal. Más para quienes crecimos en los 80, nos podemos sentir muy identificados por la temática, por lo que nos pasa con nuestra infancia. Hay algo de aventuras, de terror, que a los chicos les va a fascinar. A un chico le puede pasar lo mismo que a nosotros con Los Goonies.

AMIGORENA: Aparte, Miss... tiene una parte emocional, con la que como adulto es imposible no identificarse.

¿Qué novelas o películas los obsesionaron de chicos?

O: Era megafanática de Cristal. Total. Como la nena de la película, yo estaba igual, fascinada con Jeannette Rodríguez, embobada viendo. O Los Goonies.

A: Me acuerdo un poco de Los Goonies, pero mucho más grande. No tuve nada así.

—Miss Tacuarembó es una forma atípica de cine en Latinoamérica: cameos de famosos, drama rosa. ¿Por qué estas comedias tan comunes en Estados Unidos acá casi no existen?

O: Es parte del gran laburo que hizo Martín Sastre por venir de otro extracto. Es su primera película y se nota que acarrea ningún tipo de prejuicio en lo que se debe o no se debe hacer. Esta es una película multigénero y en ningún momento hay un “no” para Martín, incluso cuando le dije que quería hacer de Cándida, la mala de la película.

—Mike, tu papel es el pico del absurdo: Jesucristo.

A: Nati me lo propuso en verano y accedí automáticamente. Ya por hacer de Cristo o como una parodia, que no llega a serlo. Este Cristo es más tangible, más contemporáneo. ¿Cómo sería Cristo hoy si baja? Baila, canta, es elegante. Más que una composición fue un divertimento. No leí el libro pero sé que prefiero hacer de Cristo y no de galán. Diez mil millones de veces.

—¿Dónde sienten la real diferencia de trabajar con éxito en la TV y jugársela con convicción en el cine?

A: La televisión no te espera. El cine te espera. En la tele siempre te tenés que cubrir.

O: Tenés que tener suerte de que calce, de que funcione. Muchas veces en la televisión se tiene mucho miedo a lo distinto. En general se tiende a que lo diferente ahuyenta. Es A la gente le da miedo lo distinto, porque no saben como tomarlo, si lo van a interpretar bien. Es un poco frustrante. Aunque no siempre pasa.

A: La TV no te habilita.

O: Es que el cine da revancha y la tele no.

—En cine, sus papeles parecen más meditados...

A: En mi caso, es cerrar los ojos. Así hago todo. Desde el corto del Bicentenario, que hice con Trapero hace poco, hasta lo que digan. Hay proyectos que tienen el “sí” seguro, como Miss Tacuarembó. Si hay algo que no me cuesta es elegir o decir que no. ¿Quién está? Eso es muy importante. No puedo empezar a crear con alguien que no es generoso o que es complicado. Si la paso mal con Alcón, no trabajaría con él.

O: Nunca la pasarías mal con Alcón.

A: No, bueno. Es un sol. Pero me refiero a que no me importa si sabe o no, que lo hago todo por juicio.

O: Yo soy bastante más rebuscada. Como toda mujer. Ay, que mal hago quedar a mi género. Digamos que sí, la intuición es lo que primero que me acerca o me aleja de algo. Le doy mucha vuelta a las cosas. Me llegaron cosas muy buenas pero a las que como actriz no podía acercarle algo, porque ya hice un personaje similar, porque no me cuadra, etc. Todos los actores no estamos capacitado para hacer todo.

—¿Cómo hacen para lidiar con las críticas?

O: No hay que fijarse en eso. En lo que hacemos es frustrante tener que pensar en la mirada del otro. La mirada del otro siempre es devastadora. No hay manera que puedas ser libre estando atento a la mirada del otro, ya que va a ser subjetiva siempre. Menos contaminados, más libres somos.

A: Más orgánico todo.

Salirse del molde

En el sitio www.martinsastre.com, que comprime parte de la obra audiovisual del uruguayo hoy director de Miss Tacuarembó, está el corto Latins do it better, Madonna meets Sor Kitty. “Dos ídolos de mi infancia juntos: Madonna y Kitty”, sostiene Sastre al respecto, y explica en un santiamén ese mundo donde Miss Tacuarembó vive y late como el feliz híbrido que es. Ni hablar de que esa declaración está dicha mientras el director que vive en España lleva una remera de Star Wars y dejó en un sillón una campera roja símil Jackson. Sastre, no sin antes citar a Luis Buñuel: (“La imaginación es el último terreno donde los seres humanos son absolutamente libres”), sostiene sobre su barroquismo pop que traslada sin freno de mano a Miss Tacuarembó: “Tiene todo lo que una película no puede tener: niños, animales, musicales, gente volando, efectos especiales, Cristo bailando. Para ser una primera película siento que hice todo. Con rasgos generacionales: sabiendo que manejamos el lenguaje de distintas formas”.

—Esa libertad, rasgo del film, ¿de dónde sale?

—El hecho de venir de una formación no clásica del cine sirvió para no tener moldes. Cuando empecé con el audivisual, nunca dejé de divertirme. Me gustan las cosas que parecen imposibles. Deshilachar, pero quedarme con todo en la mano.

—La canciones de Ale Sergi no estaban en el libro original. ¿Por qué incluirlas?

—Hay un aspecto alegre al que el cine latinoamericano no se anima. Argentinos y uruguayos absorbemos de varias partes del mundo.

Fuente: diarioperfil.com.ar

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