sábado, 19 de junio de 2010

“Esta película activa y enriquece el niño interno que todos tenemos”

El actor, que ya había sido convocado por Disney y no pudo estar,  dijo que “Toy Story 3” es un filme constructivo para toda la familia.
El actor, que ya había sido convocado por Disney y no pudo estar, dijo que “Toy Story 3” es un filme constructivo para toda la familia.


El actor Mike Amigorena hace el doblaje de la voz de Ken, el novio de Barbie, en “Toy Story 3”.
Cuando la muñeca más vendida del mundo fue al Willows High School, en 1961, se puso de novia con el apuesto, sensato aunque algo bobalicón Ken Carson. La nueva “Toy Story” rescata la escena, algo más de un minuto y medio, en la que Barbie conoce al que será el amor de su vida. Aquí también aparece la pandilla de Woody y Buzz recién llegada a una guardería, casi un nuevo hogar tras la marcha de Andy a la universidad, donde un hospitalario oso de peluche y el mismo Ken les darán la bienvenida.
   “El flechazo con Barbie será instantáneo”, dice Amigorena desde Buenos Aires. Antes, el joven prensa de Disney interviene con una tonta advertencia: “Por favor, no le pidas que imite la voz de Ken. No le gusta”.
   —¿Por qué crees que te eligieron para la voz de Ken.
   —Y porque me imagino que habrán tenido un registro de mi voz. Me habían convocado para la película anterior de “Toy Story”, pero por problemas de horario no se pudo concretar. La verdad es que ni bien salió el personaje de Ken creyeron que era adecuado para mí y me convocaron inmediatamente.
   —¿Te parece original la historia de “Toy Story”?
   —Sí, claro, me parece muy original. Es activar el niño interno que tenemos. No sólo activarlo sino enriquecerlo. Es muy importante este tipo de película para que uno pueda ir a verla con sus hijos en caso que los tenga o con amigos, pero me parece un programa para toda la familia, constructivo. Disney se dedicó a eso. Y convocarme para hacer la voz de Ken, un muñeco que tiene su trayectoria en el mundo de los juguetes, es un orgullo muy grande para mí y la verdad es que no pude decir que no.
   —¿Creiste alguna vez que los juguetes pueden tener una vida secreta y paralela?
   —Sí, seguro. Yo me imaginaba eso cuando era muy chico. Incluso, a veces me quedaba un rato mirando a ver si cobraban vida. Me acuerdo muy bien de esas cosas, seguramente era un acto inconsciente.
   —¿Te pasaba de noche?
   —En mi caso no, generalmente ocurría de tarde, cuando estaba terminando los deberes de la escuela y miraba a algún muñeco a ver si se movía... No un auto, sí un muñeco.
   —¿Cuáles eran los juguetes que más te llamaban la atención de chico?
   —Los autitos de colección...
   —¿Los Matchbox? Eran geniales...
   —Sí, esos estaban muy buenos. Aún existen. De todos modos, yo era más de jugar colgado en los árboles, no de tener muchos juguetes. Era más de disfrazarme, de creerme algo o alguien... pero bueno, los muñecos también me gustaban, sobre todo los Playmobil.
   —Y los discos, los libros y los instrumentos musicales, ¿cuándo empezaron a entrar en tu vida?
   —También estaban por aquellos años de la niñez. Los discos, sobre todo, estuvieron cerca mío desde toda la vida porque lo que yo escuchaba enseguida lo quería representar, entonces, automáticamente, estaba actuando. Hacía de pato Donald, Mickey, Buffy, Pluto... casi todos al mismo tiempo. Era como que te ibas criando en todo ese cultivo que parte de la imaginación, porque no era que mis padres me decían “jugá con tal cosa o hacé esto otro”. Ellos me dejaban ser libre. Así que la pasaba muy bien.
   —¿Qué significado tuvo el cine en tu infancia?
   —Un entretenimiento. Lo mismo que ahora... nunca me desesperó el cine. Es un programa, un divertimento para mí.
   —¿Qué películas veías?
   Y veía cine para chicos, sobre todo dibujos, pero no iba mucho al cine. Es decir, fui de muy chiquito y después no tanto. No me llamaba la atención, igual que ahora. Después es distinto, porque cuando estoy adentro de la sala la paso bien.
   —¿La vocación dio algunas señales en la infancia?
   —Toda la vida recibí señales. Las ganas de crear, de imitar, las tuve de muy chiquito. No había tantos juguetes, estaba la capacidad autodidáctica.

Fuente: lacapital.com.ar

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