martes, 24 de agosto de 2010

“Nunca me quedo en lo fácil”

Mike Amigorena. El actor confesó que disfruta de su presente haciendo teatro y planeando un filme

Mike Amigorena dijo que sintió como un “desafío” encarar La Noche Antes de los Bosques. “Tuve la sensación de «esto no puedo no hacerlo». La pieza terminó adueñándose se mí”, dijo el actor sobre el texto del francés Bernard Marie Koltés, un unipersonal que indaga en “el estado del alma”. El ex protagonista de Los Exitosos Pells terminó de grabar su participación en el unitario Lo que el Tiempo nos Dejó, volverá al cine con una comedia con Natalia Oreiro y al teatro con Hamlet. “Uno tiene que meterse en determinados lugares que le provoquen desconocimiento porque si no probablemente me canse, y si me canso voy a cansar a la gente”, explicó.

—¿Qué te interesó del texto?
—Su crudeza, el misterio y a la vez la realidad, la atemporalidad. Yo no conocía a Koltés, me interioricé y sentí la sensación de “esto no puedo no hacerlo”. La pieza terminó adueñándose se mí. Me vi muy parecido a ese personaje. Así que lo tomé como un desafío y como un deber porque es una obra para la especie. Así lo siento. Es un diagnóstico del alma a través de este monodiálogo donde el espectador se va a ver reflejado.

—¿Cuáles son los temas centrales?
—Creo que uno de los temas centrales es cómo nos regimos. El texto habla de una gran soledad, cómo nos sentimos hoy estando con alguien, cómo somos extranjeros en nuestro propio país. Habla de una marginalidad letal, y pasa por la soledad, por nuestros padres, por quiénes nos rigen, para qué trabajamos, por qué, cuánto.

—¿Cuál fue el desafío que tuviste que enfrentar?
—Primero, estoy solo. Nunca había hecho un unipersonal, donde no hay vestuario, máscara, utilería; la escenografía es muy austera. De manera que estoy solo, despojado, con un texto súper difícil, que me llevó tres meses memorizarlo. Así que tomé como un gran desafío el hecho de comunicar esto sin máscara. Esta obra es como un gran concierto de piano, donde no puede haber fisuras. Para mí ése es el sueño, el trabajo de un artista. Hacer reflexionar, no solamente entretener. Por momentos es entretener, pero también cultivarlo, llenarlo. Eso para mí es como el objetivo del artista.

—¿Lo conseguiste hasta ahora con tus trabajos o a veces un artista también tiene que hacer concesiones?
—Yo voy en busca de eso. Ya no tengo 25 años. A medida que el artista va madurando creo que se encuentra con trabajos nutrientes, ya no se queda en la liviandad ni en la cáscara. De hecho a partir de enero empiezo a ensayar Hamlet. Es algo que necesito como nutriente para mí y después para el espectador, pero hay una necesidad personal de buscar y meterme en personajes en los cuales no sólo necesite desarrollar la capacidad creativa sino también la espiritual. Eso es lo que te da el poder de discernir.

—¿Qué matices se le puede dar a un personaje representado tantas veces?
—Ésta será la segunda vez que hago Shakespeare. Ya hice Shakespeare Comprimido en 2004. O sea que estoy interiorizado. El director será Juan Carlos Gené, nada menos, así que es cuestión de dejarme llevar. Hamlet es tan clásico y tan grande que uno no puede tener la pedantería de querer formatearlo, sí de darle otra textura y estoy seguro de que se la voy a dar. Gustará más o menos, pero le voy a dar mi estilo. Pero bueno, lo digo sólo a modo de ejemplo de lo que me está pasando, o sea que no es que solamente me interesa lo comercial, sino el desafío.

—¿Cómo influyó Los Exitosos Pells en tu popularidad?
—La televisión es una gran ayuda. La masificación ayuda a que te vayan a ver al teatro y que conozcan tu trabajo. Así que estoy muy agradecido a la televisión. Si vos la respetás te ayuda; si pensás que vas a vivir de ella y sacarle ventaja, estás perdido. Lo que hice fue hacer un trabajo que gustó, pero no pretendo estar haciendo todo el tiempo televisión. No me gusta y te destroza. Así que me parece que es cuestión de esperar el momento oportuno para volver.

—Y en cine volvés a actuar con Natalia Oreiro después de Miss Tacuarembó...
—Sí fue una película muy divertida, y ahora será Mi Primera Boda. Es el casamiento de un judío con una cristiana, es una comedia negra.

—En poco tiempo tuviste los premios Martín Fierro y ACE. ¿Cómo lo interpretás?
—Son un gran mimo de la industria, pero no me duermo en ellos. Pero más allá de los premios, uno se tiene que superar. No ser un obsesivo, pero sí tratar de superarse. Vuelvo a la palabra desafío: si me quedo en lo que mejor me sale, en lo más fácil, no cumplo con los desafíos. Uno tiene que meterse en determinados lugares donde te provoque un desconocimiento porque si no quizás me canse, y si me canso voy a cansar a la gente.

Fuente: http://edimpresa.unosantafe.com.ar/23.08.2010/noticias/42596_Nunca+me+quedo+en+lo+facil.html



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ambulancia