sábado, 26 de junio de 2010

Nueva columna para diario Los Andes: "Regla de tres, simple"

Uno es una regla de tres simple: una ecuación entre ambición, austeridad y estrés. Mike saca cuentas...

sábado, 26 de junio de 2010


Cuentas, hay que hacer cuentas. Todos tenemos que hacer cuentas. Cuentas muy complicadas. Mucho más complicadas que las que nos parecían complicadas en álgebra de 4to año. En ese momento, esas nos parecían las más difíciles del mundo.

Pero las matemáticas son sencillas al lado de otra cuentas que uno tiene que andar haciendo. Las matemáticas tienen números y reglas claras, las cuentas que hacen que uno sea como es, no. Porque yo creo que uno es una cuenta. Una regla de tres, para ser mas precisos. Una ecuación entre la ambición, la austeridad, y el estrés. Esas tres variables, combinadas, definen nuestras actitudes.

El tema es que no es una regla de tres simple, es más bien compleja. Y la complicación radica en que la ambición, la austeridad y el estrés no tienen valores: uno puede decir que van a aumentando o disminuyendo, pero no puede decir cuánto.

Tampoco se sabe qué tipo de operación hay que aplicar (no es siempre Estrés x Austeridad = Ambición). Así que la cuenta se complica un poco. Pero, aún sin la precisión de las matemáticas, uno puede advertir ciertos comportamientos constantes en esos tres “ítems” (“ciertos comportamientos constantes”, hasta escribir con Paenza no paro).

A más ambición, más estrés y menos austeridad. A más estrés, menos austeridad, y más ambición. A más austeridad, menos estrés, menos ambición. Por ejemplo: no se puede no tener estrés si uno gana más de 10 mil pesos por mes (pero la austeridad queda en 0).

O no se puede no tener estrés si tu único objetivo es ganar 10 mil pesos por mes (en ese caso hay presencia de austeridad, porque no gana 10 mil pesos por mes, eso lo obliga a algún grado de austeridad). Pero cuidado (ya les dije que era complicado). El exceso de austeridad puede también provocar un aumento del estrés. Uno se preocupa tanto por ser austero y sostener esa austeridad que se estresa. Vamos a un ejemplo -no monetario en este caso-: si vos querés a todas las minas, vas a estar estresado, y no podés ser austero (porque es caro). Pero la paradoja es que si querés una sóla mina, que no esté muy buena por ahí, y te quedás con esa, la ambición baja, pero el estrés sube día a día. Porque tu elección de ser austero te obliga a estar todos los días al lado de esa mina, y eso te estresa. Y cuando viene el estrés, aumenta la ambición… la ambición de irte con otra.

Por eso, la clave de esta cuenta, es buscar ser equilibrado (en este caso el equilibrio no es el 0, el 0 es un tipo que no se mueve del sillón). Hay que buscar qué cuenta nos va conviniendo, en qué momento nos conviene sumar, restar, multiplicar o dividir. En qué circunstancias conviene ser más ambiciosos, más austeros, más nerviosos, o más relajados. Así que ya pueden ir agarrando sus calculadoras científicas (que de mucho no les va a servir) para solucionar esta regla de tres (atención: esta regla no funciona durante el mundial –ver columna anterior-). Pero tengan mucho cuidado, porque hacer esta cuenta puede estresarlo, y si estresa empieza a empezar en… Cuentas, hay que hacer cuentas. Todos tenemos que hacer cuentas. Cuentas muy complicadas… Mike Amigorena

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