sábado, 30 de enero de 2010

Mike Amigorena:"Con Carla no convivimos pero estamos todo el tiempo juntos"

A los 37 años dice que “tiene todo lo que buscó” y que quiere ser millonario. Cuenta cómo es su relación con Peterson. “No me considero un romántico, porque me gusta el salvajismo”, revela.

Nada es importante”, ese es el leiv motiv de Mike Amigorena, nada lo aturde demasiado ni lo afecta tanto como para alterar su paz interna. “Soy feliz con muy poco”, declara el actor que encara su primer unipersonal sobre las tablas del Paseo la Plaza, “La noche antes de los bosques”, una obra que nada tiene que ver con la comedia. “Es un texto poético, sanador, es una toma de conciencia. Fue un proyecto que me llegó a mí, como por lo general, todo lo que hago me llega, después veo si lo hago o no. Es una experiencia diferente porque estoy solo. No hay disfraz, es el alma pura que habla”, asegura Amigorena.

—¿Buscó desencasillarse de “Los exitosos Pells”?

—Después de cada trabajo yo vuelvo a limpiarme. Con Pells era como muy obvio que tenía que hacer algo totalmente opuesto a eso, no solamente para la gente sino para mí.

—Estuvo también en “Los exitosos Pérez” (versión mexicana), ¿cómo fue actuar con Verónica Castro?

—La experiencia fue muy buena es otro ritmo, otro estilo. Verónica es una divina. Apenas la vi le dije que miraba sus telenovelas, estaba perdido por ella.

—¿Siempre soñó con la fama y con ser actor?

—Sí. Todo lo que me pasa yo ya lo deseaba y sabía que iba a llegar, no sé cuándo. Todo lo que tengo lo busqué. Pells me encontró justo en un momento de madurez, me tocó preparado para hacer ese rol y para desenvolverme de tal manera de que pude mostrar matices que tengo para ofrecer. Tengo 37 años y me vine a los 19 de Mendoza y me tocó el año pasado el éxito.

—Los Pells le llegaron en un momento de madurez, ¿qué cosas de su vida no profesional ya está preparado para recibir?

—Mi estado sentimental que es continuo, encima estoy con una persona que también es artista y conocida. Nos encontramos naturalmente, no hay nada forzado, se disfruta.

—¿Y para la paternidad está preparado?

—En algún momento me imagino que me encantaría tener un hijo, pero no todavía, más adelante puede ser. Nos falta tener más tiempo entre nosotros, hacer más cosas juntos.

—¿Está por irse a convivir con Carla Peterson?

—No, por ahora no. Todo el tiempo estamos juntos, no necesariamente tenés que vivir en una casa para convivir, eso probablemente sea un error cultural. El punto es que no te separes.

—¿Suele tener gestos románticos?

—Sí, todo el tiempo. No me considero un romántico, porque me gusta el salvajismo también pero trato de equilibrar. No soy de los que contratan una serenata, pero te dejo papelitos por todos lados.

—¿Es celoso?

—Sí, pero lo manejo. Ya soy grande, el celo tiene que ver con la edad, es una inseguridad. Al celo tenés que agarrarlo y ver por qué. No soy celoso como a los 19, que me decían “me voy a bailar con mis amigos” y no me gustaba. Ahora pasan por otro lado y los controlo.

—Su obra y la de Carla está en la misma sala, ¿cómo va a ser tenerla al lado?

—Vamos a compartir muy poco porque cuando ella termina y yo ya voy a estar preparándome para la obra. Seguramente nos daremos un beso, pero la obra de ella es otra cosa y yo estoy solo con una obra que necesito silencio previo. Nos daremos un beso y se irá. Está buenísimo, pero por otro lado tengo que estar concentrado. Nunca me pasó, no sé cómo es llamarla y decirle “mi amor”, desde el camarín.

—¿Qué pasatiempo disfruta hacer?

—Comer. Como de todo. Muero por las pastas, todo, la carne, el pescado. No soy gran cocinero pero tengo mis platos: el pollo y el pescado. También te hago una pastita. Al vivir solo, y no tener guita, te las tenés que ingeniar. Siempre, dentro de la austeridad traté de comer sano. Comía hígado con papas, que es barato, verduras. Compraba un tomate, con una papa... así la pasaba. Fui feliz, siempre fui feliz.

—Después de tantas privaciones, ¿Qué gustos se da?

—Nunca más comí en mi casa, nunca más. Carla por ahí me hace de comer, pero comemos afuera. Ese es mi placer diario.

—¿Si fuera millonario qué gustos se daría?

—Yo quiero ser millonario. Siempre lo deseé. Lo repetía porque me dijeron que tenía que hacer así, lo deseaba cuando no tenía un peso. No lo voy a ser porque no voy a tener la cabeza para cuidar tanta plata. Pero si fuera compartiría todo, me rascaría y compartiría muchas cosas. Viajaría todo el tiempo.

—¿Qué cosas lo enojan?

—Muchísimas cosas. Me vivo irritando. La pérdida de respeto me saca, sea quien sea me cago. Con educación me sacás todo.

—¿Es capaz de agarrarse a trompadas?

—No. Jamás lo hice. Tendría que ver de qué manera porque le pego una trompada y me rompo la mano. Lo evitaría. Le tengo terror a eso, a la violencia le tengo terror. Si no hubiera inseguridad me sentiría inmortal. Me angustia cuando me entero que matan, que roban.

Fuente: Prodiario

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ambulancia