domingo, 17 de enero de 2010

Mike Amigorena: "Ya no soy anónimo"

El actor de Los exitosos Pells vuelve al teatro con una obra de Koltès, La noche antes de los bosques , y prepara su incursión en la pantalla grande





Durante más de nueve meses, la ficción le permitió, le exigió a Mike Amigorena ser reconocido por tres nombres. El propio, claro, y dos más creados para él en Los exitosos Pells . Durante nueve largos meses que cruzaron 2008 hasta la mitad de 2009, fue Martín Pells y su gemelo, Gonzalo Echagüe. Para las revistas, los diarios, los sitios de Internet también fue "un nuevo tipo de galán", "el talentoso intérprete", "una revelación para la TV" y hasta "el novio de Carla Peterson". Tantos nombres y clasificaciones quedaron en el pasado porque ahora, en su nueva incursión teatral, Amigorena no tiene nombre. Luego del ruido, es tiempo del silencio apenas interrumpido por las palabras del extranjero, el huérfano, un otro que intenta conectarse con el mundo a través del texto escrito por el dramaturgo francés Bernard-Marie Koltès (ver aparte).

"Después de toda la parafernalia de la televisión tenés que venir a resguardarte al teatro. Entonces el teatro te empieza a rectificar todo. Te nutre, te pule... Te ayuda a crecer como artista. Más tarde, cuando volvés a la TV, empezás a plasmar lo que pasa acá. Eso es lo que hice siempre. Estuve en un escenario, estuve adelante de un espejo, para después estar en televisión. No es que no sabía lo que hacía o como llegué ahí", dice Amigorena un rato después de terminado el ensayo de La noche antes de los bosques , un desgarrador monólogo interno puesto en escena como un diálogo imaginado.

"Acá estoy solo, en medio de la crudeza. Y ni siquiera hay máscara, no hay maquillaje para taparte. Este es el disfraz más complejo, la nada misma. Vos, solo con tu alma. Ahí se da el contacto con el actor, sin ningún firulete. Por supuesto que está todo el equipo, la dirección de Alejandra Ciurlanti, la escenografía de Alberto Negrín, el diseño de luces de Eli Sirlin, la música de Ivan Wyszogrod, la coreografía de Diana Szeinblum. El equipo es sobresaliente. Todo cuidadísimo. Como fue Pells, a su manera. Este es un paso coherente con lo que uno es. Se trata de rodearse de gente rica, que da lo mejor de sí para cooperar con lo mejor de mí".

A diferencia de muchos otros actores que prefieren olvidar su paso por la pantalla chica una vez que se acercan a una cuadra a la redonda de una sala teatral, Amigorena usa su experiencia en la TV como punto de partida del camino que lo llevó, a veces a bordo de una Ambulancia, hasta este particular unipersonal. Es que mientras en la TV era un actor interpretando a su hermano gemelo y un conductor de noticiero interpretando un amor heterosexual que no sentía, en las tablas era el maestro de ceremonias de Ambulancia, el experimento teatral-musical que creó junto a Muriel Santa Ana, Luciano Bonanno, Julián Vilar y Víctor Malagrino.

"En Ambulancia cada uno es un mundo y juntos conformamos un universo. En este caso no. Acá se trata de un universo conformado a partir del autor, de una pieza que es una obra de arte, súper profunda, sensible, durísima y a la vez, simple. Es una obra que me viene como una toma de conciencia personal, que me nutre personalmente y esa nutrición espero contagiarla. Porque es para eso. Para que la gente se lleve algo. Acá les entrego algo pesado, para que piensen", explica el actor que, para predicar con el ejemplo, piensa mucho lo que dice antes de contestar utilizando su expresiva voz para contar una historia que le importa.

"Esta es una obra compleja, dónde el ritmo de las palabras es fundamental. Es una música, el texto frena, para, vuelve a empezar. Es como un vómito, un vacío interno que quiere liberarse. Lo que hace el autor es liberarse y pregonar una toma de conciencia de lo que significa el otro, la naturaleza, la soledad, el amor. Es imposible no sentirse identificado con algún pasaje del texto. Te hace preguntarte por lo esencial de la vida, por lo que significa la plenitud. La plenitud es la felicidad y esa felicidad se compone del desprendimiento y eso es difícil. Koltès escribió pensando en la Francia de los setenta, pero su texto es perfectamente adaptable a nuestra actualidad. Muchas veces uno es un extranjero en su propio país", reflexiona Amigorena.

La dimensión desconocida

Cuando se le pregunta porqué decidió volver al teatro con esta obra en particular él mueve la cabeza lento, negando. La decisión no fue suya dice. De hecho, si lo hubiera sido este regreso sería algo muy distinto.

"Me eligió ella. Este tipo de cosas uno no las elige. Yo quería hacer un unipersonal pero se trataba de usar la máscara. A mí me encanta componer. Pero no. Ahora tenía que hacer lo que yo quería decir. Al principio no estaba muy seguro de que me gustara la obra. «No entiendo, no entiendo», repetía, hasta que quedé atrapado. La pieza te elige para que vos la divulgues. Esto es un desafío. Otra vez. Es lo que más me llama la atención, la posibilidad de conocer algo nuevo porque si toco siempre la misma tecla me aburro y aburro. Y por más que me aplaudan ya sé que no va más". Se entusiasma y sigue: "De esta manera, en cambio, es como desnudarme, dejarme sin posibilidades de recurrir a la máscara, a lo que sé que funciona. Ese creo, es el camino del artista. Y aunque es difícil indica que estoy saliendo hacia ese lugar desconocido, haciendo esa búsqueda. Ahí se ve de qué estás hecho" .

En el momento de mayor exposición Pells mucha gente decidió que quería ver de cerca algo de esa materia esencial y fue en busca de Ambulancia. De actuar para once personas a llenar cuatro funciones del teatro ND/Ateneo en un golpe de rating.

"La TV tiene el poder de la masificación. Ahí está buena la televisión, para difundir algo como Ambulancia que pasó de ser super vanguardista a llenar teatros. El sueño del pibe. Nada mejor que hacer algo que te gusta para la mayor cantidad de gente posible", recuerda Amigorena que junto con lo bueno también tuvo que lidiar con el lado más oscuro de la popularidad.

"Es una consecuencia. Tenés que aprender a convivir con eso. No soy más anónimo. Y bue, ¿qué querías? No lo pidas porque lo podés tener... Cada decisión que uno toma viene con una carga, una cárcel. Lo que hago es convivir con esa cárcel, que al final es lo que desee. La pregunta es cómo vivir con eso sin que me termine, sin perder mi esencia, que es lo que me ha llevado hasta acá". Acá es el escenario de la sala Pablo Neruda dónde en unos días estrenará La noche antes de los bosques , acá es también el próximo comienzo de la filmación de El niño argentino , la adaptación de la obra de Mauricio Kartún que dirigirá Luis Puenzo y acá es también lejos de la TV, al menos por ahora.

"En estos momentos no me puedo concentrar en otra cosa. Una vez que conozca el pulso de la obra, lo que provoca y me provoca, veré como me administro. De todos modos, esa incomodidad de las primeras funciones siempre tiene que estar, cuando la perdés tenés que dejar de hacerla. Porque ahí está la sorpresa", termina Mike Amigorena, listo para volver al centro de la escena.

Para agendar

La noche antes de los bosques , de Bernard-Marie Koltès.

Paseo La Plaza, Sala Pablo Neruda , Corrientes 1660. Desde el sábado próximo, viernes y sábados, a las 23.30; y domingos, a las 21. Desde 50 pesos.


Fuente: http://www.lanacion.com.ar

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