domingo, 24 de enero de 2010

Mike Amigorena: "No me gusta perder el misterio"

Hoy estrena "La noche antes de los bosques" Es su primer unipersonal e irá en el Paseo la Plaza. Aquí habla de cómo correrse de la fama, que logró gracias al suceso de "Los exitosos Pells", en Telefe. Dice que el texto de la obra se adueñó de él y aclara que con Carla Peterson, su novia, están muy bien y muy tranquilos.

A Mike Amigorena no le viene bien quedarse en los terrenos ya transitados. Cambia. Será por eso que después de un intenso año al frente de Los exitosos Pells (Telefe), donde hacía dos personajes y lo acompañaba un elenco enorme, buscó lo opuesto. Esta noche estrena La noche antes de los bosques (de Koltés), que lo pondrá solito, casi a cara lavada, frente a su público, en el Paseo La Plaza.

"Hace mucho tenía ganas de hacer un unipersonal, por la libertad que te da, por concentrar todas las miradas. Es un desafío único que ningún actor debería perderse. En este caso, me toca el disfraz más difícil, que es el de uno. Hay muy poquito maquillaje, muy poca pared, y es solamente el alma la que rige. De manera que es muy exigido", opina Mike, mientras fuma un cigarro en su camarín.

No parecés tener conflicto en que las miradas recaigan en vos.

Me encanta que me miren, pero acá nadie me cubre, no es lo mismo. Yo no conocía al autor. Empezamos a leerlo con Ale (Ciurlanti, la directora) y no lo entendía, me parecía mucha palabra. Me agota el actor que habla todo el tiempo, me aburre. Pero fui descubriendo el texto y se adueñó de mí. No podría hacer otra cosa. La realidad es que uno no elige, las cosas te eligen a vos. ¿De qué trata?

Es una persona que busca a alguien para pasar el rato. Y en ese encuentro tácito se explaya y pasa por diferentes estadíos, navega por todo lo que transitó en su vida: la familia, la mujer, cómo nos rigen, la necesidad de conectarse con la naturaleza. Es un texto muy poético.

¿Qué encontrás de vos en él?

Mucho, nunca me pasó lo que vas a ver. Por momentos ese podría ser yo. Me conmueve tanto que puedo sentir lo que siente él.

¿Cómo buscaste al personaje? Con "El niño argentino" tengo entendido que con (Mauricio) Kartún pasaban mucho tiempo juntos.

Sí. Acá pasó lo mismo en cuanto a contención. Ale es mujer. Y madre. Alguien muy contemplativo, que escucha. Igual que Luciano Villa, el asistente de dirección. No siento más que regocijo. Fue algo como espiritual, sin dedicarnos a eso. Había mucho diálogo, charlas súper profundas. Muchas veces los ensayos eran charlas de mi vida, de actitudes, de experiencias, de circunstancias y eso hacía que me conectara con este personaje.

Casi terapéutico.

Más o menos. Es un proceso de ensayo único porque no hubo mucho cuerpo. Con El niño... nos juntábamos en Pinamar, en lo de Oski (Gusmán), tomábamos vino después de los ensayos. Y yo componía un personaje. Acá es el alma desnuda. Me costó muchísimo estudiar la letra, porque era una toma de conciencia a partir de cada frase. Como yo trabajo a partir de la intuición, de la imaginación, la obra te va transmitiendo. No debo tener más de cinco pasadas. Es como un pájaro: lo guardo para después soltarlo.

Es es la antítesis de lo que hiciste.

Sí. Estoy acostumbrado a taparme.

¿Te cansó la sobreexposición que tuviste con Los Pells?

No, tengo claro cuándo se termina algo, o sé terminarlo. Es una consecuencia de tener la suerte de estar en un programa exitoso, con un elenco así y que a la gente le guste. Si no te adaptás a eso. Además, después viene la llanura. Yo también elijo estar afuera de las revistas, de las fotos. Lo hago por mí. No me gusta perder el misterio. Si no lo conservás empezás a aburrirte. Yo sabía cómo era, así que disfruté del momento de erupción, porque es la sumatoria de un trabajo que vengo haciendo hace mucho tiempo, más de 15 años. Y me alegra que lo que me pasa a mí es la esperanza de muchos. En mi caso, explotó con Los Pells, con Ambulancia (su banda, con la que vuelve a los ensayos en días), con (Francis Ford) Coppola. Y cuando termina la tira se corta el chorro. Todo es tan orgánico que baja.

Pero eso no pasó. Terminó la tira y se empezó a hablar de tu relación con Carla (Peterson). No fue tan orgánico.

Eso es consecuencia, y no me arrepiento. Y bueno, se lleva, se acompaña.

¿Existe de verdad la relación con Carla?

¿Vamos a hablar mucho de esto?

No, pero no puedo dejar de preguntarte si la relación sigue o ustedes se estaban matando de risa. Fue loco que los Pells, por decirlo de alguna manera, trascendieran la pantalla.

No soy muy conciente de eso. Soy una persona relajada, no me importa casi nada. De eso me río.

Vos también. No confirmaban que salían, pero mandanbas en las notas mensajes de amor a Poy (Carla).

Metí la pata, me enterré y tenía que salir de ahí. Fue un sentimiento que expresé y tuvo sus consecuencias. Soy espontáneo, tendré que ser más discreto. Nosotros estamos bien, muy tranquilos. Quedará en el anecdotario del espectáculo cuando dije lo que dije pensando que era sólo para ella. Nunca me imaginé que iban a buscar en un archivo. Pero está todo bajo control.

¿Con que volverías a la televisión?

Con un unitario, un programa de humor copado, con mucho contenido. Estoy rodeado de amigos súper talentosos, pero no soy bueno generando. O algo como Los Pells.

Hiciste una participación en la versión mexicana de la tira.

Sí, se está dando ahora. La pasé bárbaro. Pero me dio un poco de nostalgia. No podría haber seguido. Lo hice por la guita. Verónica Castro es una divina, quería que me quedara.

¿Todavía extrañás Mendoza?

Vengo de ahí. Mendoza es el box, Buenos Aires la pista.

Fuente: http://www.clarin.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ambulancia