Mike Amigorena: Hay una dosis de misterio en lo que hago

Con su protagónico en “Los exitosos Pells”, Mike Amigorena se ha convertido en el nuevo (y poco convencional) galán de la televisión argentina. Aquí, nos habla de su particular carrera.

Programas exitosos hay muchos. Pero los shows con la capacidad de gustar y, a la vez, de romper moldes, aparecen muy de vez en cuando. Y hacía mucho tiempo que el público argentino no tenía la oportunidad de disfrutar de ese tipo de programas.

Hasta que debutó Los exitosos Pells, trayendo un enfoque refrescante al formato de tira de comedia. Guiños bizarros, excelentes libretos, un tratamiento visual moderno y descontracturado y, por sobre todo, un elenco intachable, fueron las claves para convertir a la serie en el niño mimado de la TV nacional.

Pero, además, Los exitosos Pells (que va de martes a viernes a las 22.15 por Teleocho) fue la vidriera donde ganaron exposición las singulares dotes de Mike Amigorena, quien desde el año pasado supo encumbrarse como la gran revelación de la pantalla chica. En la serie, el actor mendocino encarna dos personajes físicamente iguales pero diametralmente opuestos en espíritu: el desagradable Martín Pells, y su hermano gemelo perdido, el sencillo y bienintencionado Gonzalo Echagüe.

Pero, ¿cómo se siente Mike trabajando en esta serie que trajo un nuevo paradigma a la tele? “Vivo con mucho orgullo el hecho de poder aportarle colores diferentes a este programa junto con mis compañeros”, comenta el actor. “Estoy muy contento con la respuesta de la gente ante este proyecto, que es muy particular e innovador. Los exitosos Pells aporta una apertura de cabezas. Te da la pauta de que la gente no espera facilismos, sino algo entretenido, sorprendente y, por momentos, didáctico. Y eso habla de un comportamiento innovador por parte de los que hacen televisión”.

–El elenco de la serie reúne a actores que vienen del ámbito teatral con otros que tienen una trayectoria más puramente televisiva. ¿Cómo juega esa diferencia de origen?
–Tenemos una gran comunión, no nos sentimos de “palos” diferentes, aunque sí aportamos cosas distintas. En ningún momento sentimos que uno es de la tele y otro del teatro, sino que todos nos unimos al momento de dar lo mejor para darle vida a los libros.

–Con Carla Peterson tienen que hacer escenas románticas, pero también humorísticas. ¿De qué manera crean esa doble química?
–Es algo muy orgánico. No preestablecemos nada. Con Carla ya había trabajado en Sos mi vida, así que ya conocíamos la forma de trabajar del otro. Además, somos amigos desde ese entonces, y eso se refleja. Nos queremos mucho y tenemos mucha afinidad y eso potencia las escenas.

–¿Cómo afecta al elenco la guerra del rating, de la cual “Los exitosos Pells” es rehén en los últimos meses?
–La verdad es que no nos ponemos a mirar el manejo de la industria. Eso es ajeno a lo artístico. Si el rating nos acompaña, bien. Y si no, otra vez será. Uno lo hace lo mejor posible.

El drama de la comedia. Con su trabajo, Mike Amigorena se ha convertido en un galán muy poco convencional (“por suerte”, dice él), en el que conviven un abierto encanto y una fuerte tendencia a la privacidad. “Todo lo que hago está llevado hacia el misterio”, confiesa el actor. “Siempre hay una dosis de vanguardia, si se quiere, en mis actos. Pero eso es a pesar mío. Y el hecho de que eso le guste a la gente me resulta muy placentero. Ojo, no soy un obsesivo, no me ando escondiendo. De hecho, soy una persona muy simple, lo cual es una gran paradoja”.

–¿De qué manera vivís el cambio súbito entre situaciones dramáticas y situaciones cómicas en tu trabajo?
–A mí me encanta la ficción absurda. Yo aprendí teatro mezclando el naturalismo con cosas grotescas e ingredientes de clown, así que ése es mi estilo. Puedo ser dramático y a la vez cómico, obviamente cuando lo habilita la escena.

–Si tuvieras que nombrar a tus referentes actorales, ¿quiénes serían?
–Mi mayor referente es Buster Keaton. Justamente un comediante que tenía un gran dramatismo. Y ya que estamos, podés mezclarlo con Charles Chaplin y Michael Caine, un actor bien dramático. Son mixturas que hacen un estilo propio.

–¿Qué tal estuvo la experiencia de trabajar bajo las órdenes de Francis Ford Coppola en “Tetro”?
–Recién ahora, después de mucho tiempo, puedo comentar bien cómo fue. Y la verdad es que, para mí, fue una experiencia más. Fue muy agradable, pero no fue una sorpresa, ni algo desmedido. No sentí que me haya enriquecido sobremanera, y tampoco voy a decir que cambió mi manera de pensar luego de esa experiencia. Sí, ojalá, me servirá para exponerme a un mercado internacional.

–¿Podés adelantar cuál es tu personaje en la película?
–Interpreto a un dramaturgo que escribe obras que se interpretan en el teatro donde Tetro, el protagonista, interpretado por Vincent Gallo, trabaja como iluminador. Es un personaje satelital, no tiene mucho peso, pero sí tiene un color muy rico.

Actuando con ritmo. Pero no sólo de la actuación vive Mike. También destila su costado musical a través de Ambulancia, una banda que combina pop, rock y performances teatrales.

En el grupo, Amigorena se encarga de cantar y de aportar parte de la cuota escénica freak, apareciendo muchas veces sobre las tablas con ropa femenina y maquillaje extravagante. Como dato interesante, el baterista de Ambulancia es otro rostro conocido de la TV: Mariano Torre, quien actualmente interpreta a Camilo, el interés romántico de Emilia Attías en Casi ángeles.

Al momento de despacharse con respecto a esta pasión alternativa, Mike deja en claro que su vocación actoral está directamente relacionada con su melomanía. “Desde muy chiquito estoy en contacto con la música y eso fue, en un principio, lo que me llevó hacia la actuación”, comenta. “La música es fundamental en mi vida, a partir de ella, hago todo”. Inmediatamente, el actor se encarga de avisar que tiene planeado traer pronto el show de Ambulancia a Córdoba. “No sé exactamente cuando aún, pero será dentro de poco tiempo”.

–Aparte de la música ¿tuviste alguna influencia externa que te llevó a encontrar tu vocación actoral?
–No. Salió sola. No estuve vinculado a lo artístico desde chico, y no existió nada que me haya detonado ese sentimiento. Simplemente, lo hice. Obviamente, de todas formas, mi vocación no fue una sorpresa para mis viejos. Ya se los venía diciendo con mis comportamientos.

Fuente: http://www.diaadia.com.ar