

“Tengo ganas de golpear hermano: a los viejos, a los árabes, a los pordioseros… golpear contra todo, contra domadores, pegarles a los guardias, a la cana, romper la boletería, los afiches, las noches… este olor de mierda, este ruido de mierda, pienso como hubiera tomado hasta que mi vientre no diera mas, romper todo hasta que todo se detuviera”.
Este, uno de los más fuertes fragmentos de "La noche antes de los bosques" –obra que acaba de ganar los premios ACE a la mejor actuación en obra para un solo personaje, iluminación y música original- pinta de lleno el matiz provocador y cuestionador de la obra que se vio anoche en Mendoza.
Se trata de un texto de Bernar Marie Koltés, uno de los dramaturgos franceses más destacados del Siglo XX. Esta particular pieza se presenta como un monodiálogo; un diálogo en el que solo se reconocen las intervenciones de uno de los interlocutores: hay otro que oye, ratifica o discrepa, pero está silenciado.
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¿Obra pasatista? ¡Ni hablar! Si uno quiere ir al teatro a “pasar el rato” será mucho mejor que elija otra cosa. Aquí el espectador tiene la tarea de abrir su mente, estar atento y desentrañar, interpretar, “ponerse a trabajar” para comprender lo que sucede.
Con una puesta en escena sencilla pero impactante (un escenario circular y una especie de “jaula” en la que el personaje está atrapado), temas como la sensación de opresión que seguramente todos percibimos alguna vez en la violencia de la ciudad, o la impresión que produce el sentirse extranjero, extraño en un lugar determinado están presentes.
El personaje habla de sí mismo y de los otros. De los espejos que reflejan y de los espejos secretos. Se enoja consigo mismo y con la gente, con “ellos”, con los otros. Denuncia la visión del resto de las personas sobre uno y sobre el inmigrante o el que, en teoría, “no pertenece a ese lugar”. Habla de la familia, critica la política, el sistema, y todo en una situación circular (incluso física) de idas y venidas de diálogos en donde él mismo pregunta y contesta.
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El programa entrega como sinopsis argumental la siguiente: “Un hombre, cuyo nombre se desconoce- ve a otro hombre en la calle, en medio de la noche, bajo la lluvia y trata de conseguir que lo acompañe, que se quede con él. Se inicia así un monólogo de balance, desesperado. Un viaje a lo más íntimo. Un himno al amor por sombras maternas, por ángeles en medio del caos. Una metáfora del reencuentro con la naturaleza”.
El intérprete… ¿Miente? ¿Inventa? ¿Delira? ¿O habla con el objetivo de mantener el canal de comunicación? Sin duda quiere conseguir ese vínculo tan deseado para no sentirse solo, enfermo de soledad.
La obra tiene una cadencia rítmica, musical; y parece estar regida por un caos de sonidos: además del habla y la conversación –consigo mismo-; los balbuceos, los gritos, los cantos, los ruidos, los impresionantes movimientos corporales y rítmicos y hasta las diferentes velocidades en la respiración del artista son los que comunican con la misma fuerza.
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Mike, maravilloso. El personaje de la puesta es un “pequeño hombre abatido”. Esto es verdaderamente figurativo. Sobre las tablas es imposible no quedar extasiado, impresionado por un gigante Mike Amigorena que brilla en todo su esplendor. La versatilidad en sus voces (con un momento sobrecogedor: la interpretación de una canción francesa tan desgarradora como hermosa), su presencia escénica y la expresión que cobra a través del impactante uso que hace del lenguaje corporal, confirman la excelente elección del actor hecha por la directora, la psicoanalista Alejandra Ciurlanti.
A sala llena. Es una alegría profunda ver nuestra sala más destacada a capacidad colmada. Ni un alfiler entraba en el Teatro Independencia. “Desde hace casi una semana atrás, las entradas se habían agotado. Es más, desde la producción intentamos agregar una función, pero los compromisos de Mike no lo permitieron”, comentaron Laura Portillo (productora general y responsable de la llegada de la obra a Mendoza) y Juan Matías Arnulphi (asistente de producción).
Fuente: http://www.mdzol.com/mdz/nota/230187-Mike-enjaulado-en-una-puesta-memorable/
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